Competencias propias de Didáctica de la Literatura

Competencias propias de la asignatura
II.10	Adquirir formación literaria y conocer la literatura infantil.
II.11	Fomentar la lectura y animar a escribir.
II.12	Desarrollar y evaluar contenidos del currículo mediante recursos didácticos apropiados y promover las competencias correspondientes en los estudiantes.
II.13	Conocer las orientaciones metodológicas para el acercamiento de los alumnos al texto literario mediante la animación a la lectura y la producción textual.
II.14	Ser capaz de seleccionar un conjunto de obras literarias de trabajo a lo largo de todo el curso, ajustadas al ciclo educativo.

1.Adquirir formación literaria y conocer la literatura infantil

La formación literaria se adquiere, en primer lugar, leyendo literatura. No hace falta leer compulsivamente, pero sí es interesante adquirir el hábito de leer todos o casi todos los días un rato. En nuestra sociedad de la imagen móvil (internet, vídeo, redes sociales), la lectura aporta abstracción y desarrollo de la imaginación.
Además de las lecturas que se hacen durante el curso (8 libros de las diversas épocas), la formación literaria se completa con el desarrollo de los temas teóricos. Primero la vida, después la reflexión. El desarrollo de la historia cultural ha sido pensado por muchos autores desde hace más de 2.000 años. Así se han forjado la historia y la teoría literaria.
Conocer la literatura infantil. La selección de Pedro Cerrillo (Lecturas con certificación de garantía, 2007) puede servir de muestra suficiente.



 2. Fomentar la lectura y animar a escribir. 

La lengua es el principal medio de comunicación humana. De hecho, el ser humano puede definirse como ser que habla (lo que no significa, obviamente, que un mudo no sea humano... o un niño que aún no sabe hablar...).
La lengua, por tanto, no es "una asignatura": es la base de todo aprendizaje y de toda actividad profesional. Quizás, quien venda ajos, venderá más si comunica mejor...
Enseñar a leer y fomentar la lectura no son tareas "de letras", sino tareas claves "para seres humanos".
Leer no sirve solo para aumentar conocimientos. Por ejemplo, un matemático podría decir: no necesito leer porque lo mío son los números. Pero leer contribuye a comunicar mejor -también depende de lo que se lee-; y comunicar mejor es esencial para:
1) Conocerse a uno mismo
2) Poder expresar lo que tenemos en nuestro interior
3) Poder entender mejor a los demás
4) Las relaciones familiares, de amistad, profesionales, sociales.

Para fomentar la lectura primero hay que ser lector.
En segundo lugar, hay que partir de los hábitos y gustos de cada estudiante. El pofesor puede ir abriendo horizontes a sus alumnos para que vayan leyendo textos más variados y enriquecedores, pero por un plano inclinado.
Es muy útil ofrecer siempre varias posibilidades: así cada alumno puede elegir, y al elegir, será más activo en el proceso de lectura. Por ejemplo: llevar varios libros a clase, hablar de cada uno de ellos, pedir a los alumnos que elija cada uno el que quiera.
Para animar a escribir, en una fase inicial, están los sistemas tradicionales del dictado, y de la redacción. Después se pueden incorporar diversas ideas para escrituras creativas. Hay infinitas posibilidades:
- escribir un relato entre todos o varios
- cambiar finales u otras partes de textos ya conocidos
- intercambiar fragmentos de relatos de compañeros y pedir que se siga la historia

Son modos divertidos de escribir que hacen agradable la escritura.
En Taller de cuentos (2007) de Manuel Castroblanco, pueden encontrarse muchos recursos para hacer en el aula.
Pero no olvidemos que no se trata de llevar tareas prefabricadas, sino que siempre podemos y debemos preguntar a los alumnos: ¿qué actividad de lectura o de escritura os gustaría hacer?
Se pueden colgar textos de los estudiantes por la clase (como hay en algunos medios públicos, por ejemplo, el metro de Madrid).
Se pueden hacer revistas literarias con las aportaciones de los alumnos (en papel o en internet).

3. Desarrollar y evaluar contenidos del currículo mediante recursos didácticos apropiados y promover las competencias correspondientes en los estudiantes. 

Lo estudiaremos al conocer las materias de lengua y de literatura del currículo.

4. Conocer las orientaciones metodológicas para el acercamiento de los alumnos al texto literario mediante la animación a la lectura y la producción textual. 

La literatura posee una dimensión digamos artística, de deleite, de disfrute, de evasión, de intriga, de vida en otros mundos, etcétera. Pero la literatura tiene otra dimensión no menos importante que es aquella de la que hemos hablado: mejorar nuestra capacidad de comunicación. ¿Por qué? Porque para comunicarnos necesitamos léxico, modos de desir, estructuras... Y para eso necesitamos leer. No basta la gramática para comunicarse bien, la lengua. Es como si para jugar bien al tenis bastara conocer el reglamento. No: hay que jugar; si no se juega, no se aprende, no se disfruta, no se mejora, no se adquiere soltura...
Si no se lee, no se aprende, no se disfruta, no se mejora, no se adquiere soltura en la comunicación.

5. Ser capaz de seleccionar un conjunto de obras literarias de trabajo a lo largo de todo el curso, ajustadas al ciclo educativo. 

Para ser un buen profesor de lengua y literatura de primaria, primero hay que ser lector y tener una formación literaria general, y después poseer una formación específica. De lo general a lo particular. De ahí que en esta asignatura nos movamos en dos planos: uno conducente a la propia formación literaria (plan de lecturas, historia de la literatura...), y otro específico donde abordamos autores y libros para alumnos en edad de primaria.
Pero el profesor siempre es como un iceberg: lo que asoma es lo que enseña; lo que no se ve, es lo que sabe; pero sin eso que sabe su docencia sería muy pobre.