Temario

Tema 1 La literatura: aspectos generales

Tema 1.1 Concepto de Literatura
Tema 1.2 El lenguaje literario
Tema 1.3 Los géneros literarios

Tema 2 Didáctica de la Literatura

Tema 2.1 Competencia lectora y competencia literaria
Tema 2.2 La literatura en el currículo escolar
Tema 2.3 Actividades didácticas para la formación lecto-literaria en Educación Primaria
Tema 2.4 Didáctica del comentario de textos
Tema 2.5 La LIJ, su aplicación al aula de Primaria

Tema 3 Historia de la Literatura

Tema 3.1 Etapas, obras y autores de la literatura española
Tema 3.2 Estrategias para la selección de textos literarios

lunes, 25 de febrero de 2013

ars bene scribendi

Que algunos consejos de don Quijote a Sancho (Quijote, II, 43) encabecen este ars bene scribendi. 

-En lo que toca a cómo has de gobernar tu persona y casa, Sancho, lo primero que te encargo es que seas limpio, y que te cortes las uñas. [...] No andes, Sancho, desceñido y flojo, que el vestido descompuesto da indicios de ánimo desmazalado, si ya la descompostura y flojedad no cae debajo de socarronería, como se juzgó en la de Julio César. [...] Anda despacio; habla con reposo, pero no de manera que parezca que te escuchas a ti mismo, que toda afectación es mala. (Edición digital de Florencio Sevilla y Antonio Rey Hazas).

No escribas de modo "desceñido y flojo"; si escribes con ordenador, ajusta el texto a la derecha (también las notas a pie de página). No separes cada párrafo con una línea: ya posee el párrafo su marca, la sangría con que se inicia, que no debes omitir.
Los títulos de las obras escríbelos en cursiva; sin son artículos o capítulos de libros, entre comillas; el nombre de una revista, como el de un libro, en cursiva.
En un trabajo académico apoya todo lo dicho con las citas oportunas. Si escribes que tal autor en tal obra dice algo, indica dónde lo dice, en el cuerpo del texto o en cita a pie de página. El número de la referencia a pie de página sitúalo al final del texto citado (literal o no, porque a veces se alude a una idea, no a una frase exacta).
Indica en qué página se encuentra el texto citado y al final del texto, en la bibliografía, los datos completos del libro. También los textos literarios poseen un editor y una editorial, y hay que saber a quién agradecer o recriminar aciertos y errores: señala, por tanto, qué edición has manejado.
Si tratas de versos, indica en cada caso con números su posición en el conjunto de la obra. Si el texto -ocurre por ejemplo con los grecolatinos o con la Biblia-, posee una división universal en capítulos y párrafos, cítalos por estos, y no por la página de la edición concreta.
Si introduces en tu texto una cita textual, debes entrecomillarla, e iniciarla sin puntos suspensivos ni minúscula: ya se sobreentiende que la cita está entresacada de un texto más amplio. Pero si deseas hacerlo, sigue las normas del Diccionario Panhispánico de Dudas:

"Si se quiere dejar claro que la reproducción de una cita textual no se hace desde el comienzo mismo del enunciado, es posible escribir puntos suspensivos al inicio de la cita, sin paréntesis ni corchetes, dejando un blanco de separación respecto de la palabra a la que preceden: Al final de la obra, don Quijote pide «... un confesor que me confiese y un escribano que haga mi testamento». Asimismo, cuando la reproducción de la cita queda incompleta por su parte final, es posible escribir puntos suspensivos, sin paréntesis ni corchetes y sin blanco de separación con respecto al texto que antecede, para indicar que el enunciado continúa más allá de la última palabra reproducida: Al final de la obra, don Quijote pide «... un confesor que me confiese y un escribano que haga mi testamento...», evidenciando la cordura que le asiste en sus últimos momentos".

Los textos no pueden acabar nunca en coma, sino en punto, o en puntos suspensivos.
No hipercracterices: si entrecomillas, no añadas la cursiva; si escribes en cursiva, no añadas las comillas.
No plagies, no te apropies de lo que no es tuyo, no robes. Indica de dónde procede lo que no ha salido de tu cabeza. Si no eres honrado con las palabras, tampoco lo serás con las obras.
Expresar con tus palabras lo que han escrito otros es plagiar, si no citas al autor.

En un trabajo académico se piden reflexiones personales.
El esquema básico suele ser:
a) Tema;
b) Justificación del tema;
c) Metodo de trabajo;
d) Status quaestionis: qué han aportado otros autores;
e) Investigación llevada a cabo;
f) Conclusiones;
g) Bibliografía.

La diferencia entre ciencia y opinión es que la ciencia ha de basarse en argumentos. Hay que explicar lo que se dice, fundamentarlo racionalmente. "Porque sí", "porque lo digo yo", "porque quiero", "porque me gusta" es voluntarismo o emotivismo privado de racionalidad. Tenemos en común la razón. A partir de decisiones no razonadas o de caprichos personales es difícil que haya consenso. Consenso viene de cum-sentire: expresar ideas y razonamientos en común. Declarar la propia "sententia" y confrontarla con las "sententias" de otros.

Separa las enumeraciones con punto y coma. Que quede claro dónde empieza y acaba cada elemento de la enumeración.

Leer es entender al autor de un texto. Es aprender a leer a otro, salir de la autolectura, es decir, de leerse a sí mismo. Leer también es responder exactamente a lo que se pregunta. El primer éxito de una prueba es responder a lo que se pregunta y solo a lo que se pregunta.

En la variedad está el gusto. Las lenguas son muy ricas. Siempre que puedas, varía las palabras: sean sustantivos -tema, cuestión, asunto...-; verbos -gustar, apreciar, agradar...-; elementos gramaticales -ya que, puesto que, porque...-, etcétera.

El discurso debe fluir, sin tropiezos innecesarios. En "Vi a mi hermana, la cual había estado con mi abuela", "la cual" ralentiza; sustitúyela por "que".

Los signos de puntuación tratan de reflejar las pausas respiratorias y sintácticas. Lee en voz alta tu texto y verás dónde colocar una coma, un punto, un punto y coma... Pero nunca dividas con una coma un sujeto de un predicado, por muy largo que sea el sujeto, o  aunque en el lenguaje oral se haga una pausa. Aquí la gramática prima sobre la entonación.

Deja márgenes en todos los extremos de tus escritos.
Tachar no es manchar el papel: es pasar una delgada línea encima de lo incorrecto.
Que las tildes se vean: el microscopio es para otros menesteres.
Ser educado es descubrir que somos para los demás, y no los demás para nosotros. Escribe, también por el tipo de letra, de forma que la lectura sea fácil, no una tortura.

No abuses de las mayúsculas. El Diccionario Panhispánico de Dudas (www.rae.es) te recordará como se usan (las mayúsculas, las tildes y otros muchos elementos gráficos, léxicos y gramaticales -los dichosos como / cómo; tu / tú, etcétera).

Las palabras poseen sus matices, y el diccionario los recoge. La lengua es viva, pero merece cierto respeto. Por ejemplo, visualizar, no es lo mismo que ver. Mira en el diccionario de la Rae (www.rae.es).

Escribir no es acumular una frase tras otra, entre comas: eso es comida cruda. Se trata de cocinar la escritura. Hay que relacionar las frases: simples, yuxtapuestas, coordinadas, subordinadas (causa, tiempo, condición, concesión, comparación...).

Distingue lo coloquial de lo formal: no es igual el discurso (oral o escrito) con un amigo que con un desconocido; con un niño que con un anciano. No es lo mismo una carta que un trabajo académico. No es lo mismo "cojan gusto" que "adquieran gusto".

Escribe los regímenes adecuados: no "niños que les ocurran", sino "niños a los que les ocurran".

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