Cerrillo, Pedro, Introducción a los estudios literarios, 1998, p. 22.
1. POESÍA
1.1. Épica
a) Cantar de gesta/Epopeya:
b) Poemas épicos cultos:
c) Poemas épicos menores:
Leyenda
Balada
d) Géneros épicos en prosa:
Novela
Ilusionista (idealista)
RealistaDe costumbres
Psicológica
a) Cantar de gesta/Epopeya:
Ilíada
1 Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles; cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas de héroes, a quienes hizo presa de perros y pasto de aves—cumplíase la voluntad de Zeus—desde que se separaron disputando el Atrida, rey de hombres, y el divino Aquiles.
Traducción de Luis Segalá y Estalella.
"La Ilíada"... el clásico de clásicos adaptado para niños
Odisea
1 Háblame, Musa, de aquel varón de multiforme ingenio que, después de destruir la sacra ciudad de Troya, anduvo peregrinando larguísimo tiempo, vio las poblaciones y conoció las costumbres de muchos hombres y padeció en su ánimo gran número de trabajos en su navegación por el Ponto, en cuanto procuraba salvar su vida y la vuelta de sus compañeros a la patria. Mas ni aun así pudo librarlos, como deseaba, y todos perecieron por sus propias locuras. ¡Insensatos! Comiéronse las vacas de Helios, hijo de Hiperión; el cual no permitió que les llegara el día del regreso. ¡Oh diosa, hija de Zeus!, cuéntanos aunque no sea más que una parte de tales cosas.
Traducción de Luis Segalá y Estalella.
La Odisea contada a los niños
La chanson de Roland
El rey Carlos, nuestro emperador, el Grande, siete años enteros permaneció en España: hasta el mar conquistó la altiva tierra. Ni un solo castillo le resiste ya, ni queda por forzar muralla, ni ciudad, salvo Zaragoza, que está en una montaña. La tiene el rey Marsil, que a Dios no quiere. Sirve a Mahoma y le reza a Apolo. No podrá remediarlo: lo alcanzará el infortunio.
Ciudad seva
Poema de Mío Cid
1
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El Cid sale de Vivar para el destierro
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Narrador
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Cid
Texto modernizado del Cantar de Mio Cid / Timoteo Riaño Rodríguez y Mª. Carmen Gutiérrez Aja, edición didáctica para el proyecto Aula Virtual del Mio CidEl Cid contado a los niños
alcándara.
(Del ár. hisp. alkándara, este del ár. clás. kandarah, y este quizá del persa kande rāh 'camino en la jaula del halcón').
□ V.
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mudar2.
Edición digital basada en la de Madrid, Imprenta Nacional, 1866 c) Poemas épicos menores: Leyenda LA TIERRA DE ALVARGONZÁLEZ
I
Siendo mozo Alvargonzález,
dueño de mediana hacienda, que en otras tierras se dice bienestar y aquí, opulencia, en la feria de Berlanga prendóse de una doncella, y la tomó por mujer al año de conocerla.
Muy ricas las bodas fueron
y quien las vio las recuerda; sonadas las tornabodas que hizo Alvar en su aldea; hubo gaitas, tamboriles, flauta, bandurria y vihuela, fuegos a la valenciana y danza a la aragonesa. editor: José Antonio Serrano Segura Balada
balada.
2. f. Composición poética provenzal dividida en estrofas de varia rima que terminan en un mismo verso a manera de estribillo.
3. f. Composición poética, de origen nórdico, en la que se narran con sencillez y melancolía sucesos legendarios o tradicionales.
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Rafael Alberti: «¡Qué lejos por mares, campos y montañas! Ya otros soles miran mi cabeza cana. Nunca fui a Granada.Mi cabeza cana, los años perdidos. Quiero hallar los viejos, borrados caminos. Nunca vi Granada. Dadle un ramo verde de luz a mi mano. Una rienda corta y galope largo. Nunca entré en Granada. © Instituto Cervantes (España), 2003-2013. Reservados todos los derechos. d) Géneros épicos en prosa:
Novela
Ilusionista (idealista)
De Galatea no se entiende que aborresciese a Elicio, ni menos que le amase; porque a veces, casi como convencida y obligada a los muchos servicios de Elicio, con algún honesto favor le subía al cielo; y otras veces, sin tener cuenta con esto, de tal manera le desdeñaba que el enamorado pastor la suerte de su estado apenas conoscía. No eran las buenas partes y virtudes de Elicio para aborrecerse, ni la hermosura, gracia y bondad de Galatea para no amarse. Por lo uno, Galatea no desechaba de todo punto a Elicio; por lo otro, Elicio no podía, ni debía, ni quería olvidar a Galatea.
Realista
De costumbres
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