Temario

Tema 1 La literatura: aspectos generales

Tema 1.1 Concepto de Literatura
Tema 1.2 El lenguaje literario
Tema 1.3 Los géneros literarios

Tema 2 Didáctica de la Literatura

Tema 2.1 Competencia lectora y competencia literaria
Tema 2.2 La literatura en el currículo escolar
Tema 2.3 Actividades didácticas para la formación lecto-literaria en Educación Primaria
Tema 2.4 Didáctica del comentario de textos
Tema 2.5 La LIJ, su aplicación al aula de Primaria

Tema 3 Historia de la Literatura

Tema 3.1 Etapas, obras y autores de la literatura española
Tema 3.2 Estrategias para la selección de textos literarios

lunes, 24 de diciembre de 2012

1.1. ¿Qué es la literatura?



¿Qué es la literatura?
Para la mayoría de la gente, la literatura es ese conjunto de relatos, de historias, de novelas que se leen como entretenimiento, como evasión, como deleite. Cuentos, novelas, relatos... prosa de ficción, en definitiva. Pero ficción no significa inverosimilitud, pues no pocos de esos textos se presentan como historia sucedida.
Los niños suelen creerse las historias que escuchan... y los adultos, a menudo, también.
(En este concepto, lo literario es libresco, escrito).

Cualquier historia, por inverosímil que sea, precisa de cierto reconocimiento por parte del lector. Aunque el escenario de El señor de los anillos sea fantástico, los lectores (y expectadores, pues las películas se basan en los libros) se ven reflejados en unos u otros personajes, en unas u otras de sus actuaciones.
Si el lector u oidor del relato no se identificara con nada de lo que oye o lee, difícilmente prestaría atención a la historia.
Esta prosa de "ficción" que constituye la literatura transporta al lector a otro mundo, lo introduce en un ámbito distinto del cotidiano.
Platón tenía razón: lo visible no agota lo humano. Lo inmediato, práctico y material no satisface. ¿Qué necesidad tiene un niño de forjarse un mundo distinto de aquel en el que vive? Pues la tiene. Y jugar es, en buena medida, transformarse en otro y transformar en otro el mundo inmediato. Los niños crean cabañas, se hacen soldados o arquitectos.
La literatura pertenece a esa necesidad humada de ir más allá de lo inmediato, de lo visible, de lo prosaico (en su sentido no literario). Digamos que la literatura convierte la prosa en poesía.
Hay una película de Woody Allen, La rosa púrpura de El Cairo, que refleja lo que estamos diciendo: un actor de una pelñicula logra identificar a una de sus expectadoras, sale de la pantalla del cine y abandona la sala con ella. Es un modo de contar lo que sucede, que es lo contrario: el espectador, el lector se introduce de alguna manera en la historia que lee o que contempla. (Aunque también los personajes literarios deambulan por el mundo).

Literatura: prosa de ficción, de idealización. Pero ¿qué sucede con los otros géneros tradicionales, las otras formas de literatura, poesía, teatro...?

La poesía cuenta con pocos lectores; lo que no significa que sea un género minoritario. Porque la literatura no es solo un arte escrito, sino también oral. El niño que no sabe leer entra en contacto con la literatura desde que posee uso de razón y memoria consciente. Los cuentos que escucha antes de dormir, ¿qué son, sino literatura? Las historias que narran visualmente -y textualmente, a través de los diálogos- los dibujos animados, ¿qué son, sino cuentos en acción?

La literatura es oral y escrita porque la palabra humana es oral y escrita. En la historia humana siempre ha habido oralidad y, en los últimos milenios, también escritura. En la vida individual, la oralidad siempre antecede a la escritura.
Donde hay ser humano, hay palabra; y donde hay palabra,  hay literatura. El Evangelio de San Juan comienza "En el principio existía la Palabra".

Según los índices de ventas, la poesía cuenta con pocos lectores, si bien internet ha alterado sustancialmente este concepto, pues permite leer millones de textos de libre y gratuito acceso.
Pocos leen poesía, pero todos las oyen, pues los textos de las canciones suelen ser poéticos. Quizás la mayor parte de los hispanoparlantes no ha leído a Rubén Darío o a Vicente Aleixandre, pero todos oyen canciones que, de mayor o menor calidad, son textos poéticos, esto es, textos intensamente formalizados; lo cual puede comprobarse por la rima y las llamadas figuras retóricas. Esta formalización conduce a destacar no solo el contenido, presente en cualquier texto útil: "Abrimos los sábados por la tarde", sino también sobre las palabras mismas.

El discurso puede ser meramente informativo o, además, poético, es decir, llamar la atención sobre el propio lenguaje, por lo que capta más la atención.
Si la literatura, como decía el lingüista Roman Jacobson, es el discurso en que predomina la función poética; es decir, aquella que llama la atención sobre sí misma, y no solo sobre el contenido que transmite, entonces la poesía es el corazón de la literatura (literatura en sentido amplio).

El texto de un prospecto de una medicina aspira a informar lo más claramente posible de las indicaciones y efectos del producto. Su autor deberá utilizar un lenguaje preciso, no ambiguo; con las palabras justas, sin divagar. Es un texto esencialmente informativo.

Una poesía, en cambio, no es prevalentemente informativa; o mejor, no pretende meramente clarificar una actuación. Una poesía es expresiva de un pensamiento que va más allá de la supervivencia material. Desde un punto de vista económico -índice de valoración de las relaciones materiales- una poesía no es rentable. Lo que sucede es que, paradójicamente, el ser humano precisa más de lo no rentable que de lo rentable. El hombre se asfixia si vive solo en medio de lo rentable, de lo pragmático, de lo útil.

Un fragmento de la canción Sin ti no soy nada, de Amaral ejemplifica cómo las canciones suelen ser poesías y cómo, por tanto, todo el mundo, desde su infancia, está familiarizado con el género poético. 

 

Sin ti no soy nada,
una gota de lluvia mojando mi cara
mi mundo es pequeño y mi corazón pedacitos de hielo
solía pensar que el amor no es real,
una ilusión que siempre se acaba
y ahora sin ti no soy nada
sin ti niña mala,
sin ti niña triste
que abraza su almohada
tirada en la cama,
mirando la tele y no viendo nada
amar por amar y romper a llorar
en lo más cierto y profundo del alma,
sin ti no soy nada
los días que pasan,
las luces del alba,
mi alma, mi cuerpo, mi voz, no sirven de nada
porque yo sin ti no soy nada
sin ti no soy nada
sin ti no soy nada
me siento tan rara,
las noches de juerga se vuelven amargas
me río sin ganas con una sonrisa pintada en la cara
soy sólo un actor que olvidó su guión,
al fin y al cabo son sólo palabras que no dicen nada
los días que pasan,
las luces del alba,
mi alma, mi cuerpo, mi voz, no sirven de nada
qué no daría yo por tener tu mirada,
por ser como siempre los dos
mientras todo cambia
porque yo sin ti no soy nada
sin ti no soy nada
sin ti no soy nada.


Sin pretender ser exaustivo, podemos observar que muchas de estas frases son de de seis sílabas; que de las 34 oraciones, 30 acaban en a; y 28 en a / a. Siete empiezan del mismo modo: "sin ti". Y cinco se repiten completamente: estribillo (sin ti no soy nada), por no hablar de las metáforas "gota de lluvia", "pedacitos de hielo", "actor que olvidó su guión", etcétera. Estamos, pues, ante un texto con la típica formalización poética, es decir, ante una poesía.

¿Y el teatro?
El teatro es palabra en acción, representada físicamente ante nuestros ojos. El teatro se ve y se oye. No se lee en un libro, o se oye contar, como una novela o un cuento; no se lee en un libro o se oye recitar o cantar, como una poesía; se ve y se oye en la actuación de los personajes que hablan. La mayor parte de la gente tiene contacto con el teatro a través del cine. No porque el teatro y el cine sean lo mismo, ni menos porque las películas se basen en obras de teatro (no muchas lo hacen, dependen en mucha mayor medida de novelas); sino porque el cine es literatura en movimiento, en acción visual; y en ese sentido es semejante al teatro. Existen otras formas de teatro populares como los guiñoles o algunas representaciones callejeras que hacen presente al teatro al gran público.
Respecto del contenido, el teatro reproduce situaciones más o menos verosímiles, que, al igual que la novela o la poesía, transportan al expectador a un mundo diverso del cotidiano.

Literatura familiar:
    cuentos (narrativa)
    canciones (poesía)
    juegos (teatro)

    textos en casa (tebeos, libros...)

Literatura social:
    historias (series, cine)
    canciones (poesía)
    teatro (cualquier tipo de representación)

    bibliotecas

Literatura escolar / culta:
    novela
    poesía
    teatro

    libros de texto
    clases
    bibliotecas

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